Me llamo Juan Retamar, soy un sacerdote valenciano de 31 años que fui enviado en misión al Callao-Perú hace uno. Soy miembro de una pequeña congregación religiosa “Cooperadores de la Verdad de la Madre de Dios” y aquí, junto con otros cuatro hermanos (somos tres valencianos y un murciano) atendemos una pequeña escuela y parroquia en el barrio de La Perla.
Coincidiendo con la reciente jornada de las Misiones me animo a escribirle este mail pidiéndoles su ayuda.
Nuestro barrio es uno de los más depauperados de la zona; la violencia, las extorsiones, los disparos… están a la orden del día. El desorden moral, las drogas y el alcohol han destruido muchas familias. A pesar de la situación vivimos una esperanza: tal y como intuyó San José de Calasanz hace más de cuatrocientos años, una esmerada educación en piedad y letras es capaz de transformar, no sólo las personas, sino también la sociedad.
Y con esta esperanza servimos, como podemos, la Parroquia Nuestra Señora de Guadalupe y una pequeña escuela que apenas hemos comenzado en unos locales adjuntos a la parroquia que eran un antiguo seminario. De momento hemos empezado con los tres cursos de inicial y los dos primeros de primaria con la idea de ir aumentando, año a año, el número de aulas. Este año, en el que hemos empezado, tenemos ya cien niños que reciben una educación completamente gratuita.
Nuestra Congregación ofrece este servicio educativo y evangelizador de forma gratuita y por puro amor de Dios. Vivimos de la Providencia, sin exigir ninguna remuneración económica, confiados en que Dios nuestro Padre atenderá nuestras necesidades y la de los niños atendidos en nuestras escuelas. Acudimos, por tanto, a las instancias eclesiales, estatales, sociales, educativas y a toda persona que tenga a bien colaborar a esta urgente misión de ofrecer una escuela evangelizadora a los niños más necesitados de conocer el Amor.
Muchas gracias por anticipado, que el Señor les bendiga.
Les agradezco el sostenimiento que nos brindan a los misioneros, tanto en ayuda material como en oración.
Que el Señor les conceda el ciento por uno tal y como ha prometido en el evangelio a aquellos que acogen a los más pequeños en su nombre.
Fraternalmente en Cristo,
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