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viernes, abril 10, 2020

REFLEXIONES SOBRE EL VIERNES SANTO, VIACRUCIS, PASIÓN DEL SEÑOR, ORACIÓN DESDE EL SILENCIO Y LA IMPOTENCIA.


No puedo comenzar con otra imagen que no sea esta del Cristo Amarrado a la columna de Jumilla, es la que me ha acompañado desde la infancia, siendo uno de esos recuerdos que siempre vuelven a la mente, verme de pequeño, de la mano de mi padre, entrando a la iglesia del Convento de Santa Ana para ver al Cristo y, lo más importante, dejar que el Cristo me mire. “Miren a mi siervo, a quien sostengo…” (Is. 42, 1..) nos dice Dios por medio del profeta Isaías, el Viernes Santo siempre ha sido para mí un momento privilegiado para mirar a Cristo, el Siervo de YHWH, al hombre que sufre, que pende de la cruz, que yace muerto en las manos de su Madre, también mi Madre,…, ver a Dios, su presencia en el dolor y la impotencia del mundo, para dar esperanza a todo dolor y sentido a toda impotencia. A ello, siempre me han ayudado en este día especialmente tres cosas: el Viacrucis, la celebración de la Pasión, con la lectura de la Pasión según san Juan, y el silencio…, silencio orante.



         El VIACRUCIS.

        
No voy aquí y ahora a compartir las catorce estaciones de un Viacrucis, lo hice ya al inicio de la Cuaresma, llevo, desde el 2008 escribiendo cada año las meditaciones de las estaciones del Viacrucis, que solemos rezar desde el Miércoles de Ceniza cada viernes hasta el Viernes Santo. He querido sugerirlo como primera oración precisamente por ello, porque es una oración que nos ha ido acompañando desde el inicio de la Cuaresma, pero especialmente también por el recuerdo de aquellos que rezaba los Viernes Santo en la parroquia de San Juan Bautista de Jumilla, a las 12:00 h, al mediodía, retiraba el Santísimo del Monumento, y, con un grupo de personas, que bien podían llegar a 20, rezábamos el Viacrucis y preparábamos el templo para la celebración de la Pasión, luego a primera hora de la tarde,…

                                  

         Iniciar la mañana, el día del Viernes Santo, acompañando a Jesús en su camino de Pasión, de Cruz, teniendo presentes nuestras pasiones y cruces, es algo que siempre me ha ayudado a entrar en este misterio. Aunque esto es algo que también se puede hacer por la tarde o noche, tras la celebración de la Pasión.

PASIÓN DEL SEÑOR.

         Hoy no celebramos la Eucaristía, no hay consagración, aunque sí comunión con la reserva del Santísimo, celebramos la Liturgia de la Palabra que culmina siempre con la lectura de la Pasión según el Evangelio de Juan, precedida por el cuarto cántico del Siervo de YHWH del profeta Isaías, el salmo 30 que nos invita a ponernos en las manos de Dios, y la carta a los Hebreos que nos invita a acercarnos a Cristo, que por su sufrimiento y muerte, es el único eterno y verdadero sacerdote, que ha pasado por todos nuestros sufrimientos.

                 

         Luego viene la Pasión según San Juan. No es este el lugar de comentarla punto por punto, pero si permitirme detenerme en unos detalles que solo aparecen en el Evangelio de Juan, y que creo pueden ayudarnos a profundizar en el Misterio de Cristo.

1.     Un prendimiento peculiar. En el Evangelio de Juan se pasa de la oración sacerdotal al huerto de los olivos donde tiene lugar el prendimiento, pero sin la oración del huerto. Judas aparece no sólo como el traidor que va a señalar a Jesús sino como quién dirige el destacamento de soldados y guardias que va a prenderlo, pero es un personaje sin voz, sin palabra, la último vez que habla Judas en el Evangelio de Juan es en la unción en Betania (Jn 12, 5), para quejarse de lo caro del perfume que usaba María de Betania para ungir los pies de Jesús. A mí, esta escena del prendimiento me lleva a la zarza ardiente, Moisés va al encuentro de la zarza que arde y no se consume, con curiosidad y con temor, y se encuentra con Dios, se descalza, toca suelo, y escucha a un Dios que ha escuchado el clamor del pueblo que sufre, y escucha el nombre de Dios: “Yo soy”. Aquí, Judas va al encuentro de Jesús, con prisas, la escena la imagino rápida, con seguridad, no va a encontrarse con Dios, ni a conocer su nombre, aunque Jesús lo dice, Jesús sale a su encuentro, como Dios al de Moisés, y Jesús pregunta, y responde, responde dando el mismo nombre de Dios: “Yo soy”, por eso, al oír el nombre de Dios, un nombre que nadie puede pronunciar sin morir, todos se echan atrás y caen en tierra…; ellos no pueden prender a Jesús si este no se deja. Por eso, a la segunda vez, Jesús responde “soy yo”, y, es entonces cuando pueden prenderlo. En Jesús Dios se hace hombre hasta el punto de dejarse prender por los hombres, pero ese dejarse prender es también causa de la no perdición de los demás, todos los suyos, incluso Pedro que hiere con la espada, pueden irse, pueden marcharse: Jesús no pierde a ninguno de los que le fueron confiados.

2.     Jesús y Pilato. Aunque también es original el papel de Anás en el juicio, dejo el juicio de los sacerdotes y las negaciones de Pedro a un lado, y os invito a entrar en el curioso diálogo entre Jesús y Pilato ¿Quién juzga a quién? ¿Quién pregunta a quién? Pilato se presenta en Juan como la máxima autoridad, el que podía condenar a muerte o no, pero eso no es cierto (por un lado sabemos que los judíos podían lapidar a los blasfemos, pero no podían condenar a crucifixión; y, por otro, como se verá en el desenlace Pilato no puede no condenar a Jesús, no es libre). Jesús no responde a la pregunta de Pilato, sino que le pregunta a él, y, es Pilato quién acaba respondiendo a Jesús, quién por otro lado acaba presentándose como un auténtico rey, ya que él es testigo de la verdad, una verdad que Pilato no conoce: “¿Y qué es la verdad?”, la tiene enfrente, pero no la conoce, o, no quiere conocerla, la verdad es que Jesús es inocente, Pilato lo sabe, quiere salvarlo, pero no podrá, no tendrá más remedio que condenarlo a muerte, tras haberlo presentado como El Hombre, Ecce homo: El poder del Imperio es un poder que condena al hombre, al ser humano, a la humanidad, impotente de salvarlo.

3.     Jesús, su madre, el discípulo amado. Entramos en uno de los pasajes más simbólicos del Evangelio de Juan. Sabemos que es casi imposible que dejaran estar a familiares y amigos del condenado tan cerca de él, de hecho esta escena solo aparece en Juan, y los otros evangelios la descartan. ¿Quiénes estaban al pie de la cruz? “..estaban su madre, la hermana de su madre, María la de Cleofás, y María Magdalena.” ¿Cuatro o tres mujeres? Por tradición solemos poner a tres, y entendemos que María la de Cleofás es la hermana de su madre (no era inusual que los hermanos llevaran el mismo nombre), y así, podemos situar a Juan como el discípulo amado… Pero, también podemos decir que son cuatro mujeres: la mujer es un símbolo, es el complemento del esposo, es la esposa, y, habría cuatro porque en esta escena ellas serían el símbolo de la Creación, la obra del Creado, simbolizada por el número 4, cuatro eran los elementos de todo lo creado (Tierra, Agua, Aire, Fuego), y 4 son los puntos cardinales, mientras que Jesús en lo alto, en la cruz, entre sus brazos y la cabeza forma un triángulo, 3, el número de Dios, el Creador, la Palabra del Creador y el Espíritu, vemos a Dios con su cuerpo (basar), con su alma (nefesh) y con su Espíritu (ruah), el palo de la cruz lo une a la tierra, donde están las 4 mujeres. Quizás sobre esto habría que hablar más, pero lo dejo aquí, creo que con esto es suficiente para hacernos idea de lo que sucede en el Calvario: el Creador y la Creación se unen. Y luego viene ese diálogo entre el Crucificado, la Madre y el discípulo amado: la Madre es símbolo ya de la Iglesia, de la comunidad, el discípulo amado no tiene porque ser Juan, muchos estudiosos lo consideran una figura literaria que usa Juan para conseguir que el lector, identificándose con el discípulo amado entre a formar parte de la escena, podemos, y de hecho, hoy el discípulo amado somos tú, yo y todo el que quiera adentrarse en este misterio; también podría serlo María Magdalena, la palabra discípulo no tiene género, en aquellos tiempos no se usaba lo de miembro y miembra,… Entonces que tenemos: al pie de la cruz está la comunidad creyente, la Iglesia, que en el momento de la muerte de Jesús recibirá su Espíritu, y esta cada creyente individualmente, al morir Jesús, al irse físicamente de entre nosotros, ¿quién será el encargado de cuidarnos, guiarnos, orientarnos? La Madre, la Iglesia, la Mujer (la Esposa), que recibe de Jesús la misión de ver a los individuos, a los discípulos como hijos, y a cada uno de nosotros nos deja a la Iglesia, a la Madre, para que la cuidemos, la respetemos, la acojamos en nuestra vida, en nuestra casa: “Ahí está tu madre”.

4.     La muerte de Jesús. El Evangelio de Juan nos pone, aparte del relato comentado anteriormente, las palabras “Tengo sed”, en la boca de Jesús, expresión que fui comprendiendo y profundizando a raíz de conocer en Bolivia a las misioneras de la Caridad, de la Madre Teresa de Calcuta, ellas al lado del Crucifijo ponen siempre las palabras “I thirst”, en inglés, idioma de la Congregación “Tengo Sed”, Jesús tiene sed de nuestro amor, de nuestra entrega, de nuestra caridad. Luego inclina la cabeza, tras decir “Todo está cumplido”, es decir, Dios ya ha hecho todo lo que tenía que hacer y decir, ahora nos toca a nosotros, y entrega su espíritu, lo entrega tras inclinar la cabeza, lo entrega a los discípulos que estaban al pie de la cruz, lo entrega a la Iglesia, por ello, esta imagen, junto al agua con la sangre que nos narra luego Juan que salieron del costado de Cristo, símbolos del agua bautismal y de la Eucaristía, nos indica que el Calvario es el momento del nacimiento de la Iglesia, dónde ya se da Pentecostés, pues Jesús entrega ya aquí su Espíritu.

5.     Acabar con el último detalle: la sepultura de Jesús, Nicodemo que lo envuelve en lienzos, como se acostumbraba entre los judíos. El resto de los evangelios nos dicen que lo envolvieron en una sábana y lo llevaron a la sepultura, aquí nos dice que tuvieron tiempo de envolverlo con lienzos, como a Lázaro y cómo hacían los judíos. Esto será importante, pues Juan, como prueba de la Resurrección y de que el cadáver no fue robado nos indicara que los lienzos estaban en la sepultura (Jn 20, 7), si alguien roba un cuerpo no se entretiene en quitarle las vendas, se lo lleva vendado.




Celebrando en el Santo Sepulcro de Jerusalén, en la capilla lateral al lugar del Calvario, lugar donde fue clavado Jesús en la cruz, el 7 de diciembre de 2019.

          La celebración continua con la oración por todo el mundo, una oración hoy más que nunca necesaria, ante las circunstancias que vivimos, para luego pasar a la adoración de la cruz.

          ORACIÓN DESDE EL SILENCIO Y LA IMPOTENCIA.

        Y ahora ¿qué? Para mí, el sábado santo ha sido siempre un día peculiar, día de descanso, de otro ritmo, de no hacer oración, pues Dios está muerto. Especialmente, siendo párroco en Jumilla pude experimentar esa ausencia o muerte de Dios. Me acuerdo que uno de los años, pudimos vaciar totalmente la iglesia, no quedó ninguna imagen, y dio la causalidad que falleció un feligrés y la familia me pidió celebrar las exequias en la iglesia, y, aunque les expliqué que además de no poder celebrarse la eucaristía la iglesia estaba vacía, insistieron, luego cuando llegaron se notaba en sus caras la extrañeza e incluso el enfado, que se les fue pasando conforme se hacían las exequias y unía al difunto a Jesús, pues experimentaba lo mismo que Él. Si hemos matado a Cristo no puedo buscarlo para rezar ante su imagen, si lo busco, no lo encuentro. Ese sábado, con esa familia, sentí también el vértigo de la ausencia de Dios en mi vida: “No está”, no hay imagen dónde buscarlo, ha descendido al lugar de los muertos…. Vacío, silencio, soledad… Experimentarlo, no hace falta llegar a la angustia, aunque tampoco es mala experiencia. Es como el silencio de Auschwitz, es como el ¿dónde está Dios? ante la muerte de un ser querido, ante el Mal en el mundo, ante la pandemia del coronavirus,…, es algo que también está en nuestras vidas y a lo que tarde o temprano tendremos que enfrentarnos y a lo que responder, y no vale lo que otros dicen, sino la respuesta que yo puedo descubrir desde mi reflexión, mi experiencia, mi fe… Es un día para reflexionar, experimentar, entrar en la oscuridad, en el silencio de una noche, que será iluminada.                           


         Y termino, os dejo con una oración, de un jesuita mártir en Bolivia, que me ha acompañado en muchas ocasiones, a lo mejor no se ve la conexión con lo que aquí he ido diciendo, pero la comparto, pues muchos sábados santos los he pasado leyendo y releyendo esta oración.

GASTAR LA VIDA
Jesucristo ha dicho:
Quien quiera economizar su vida, la perderá;
y quien la gaste por Mi, la recobrará en la vida eterna”.
Pero a nosotros nos da miedo gastar la vida,
entregarla sin reservas.
Un terrible instinto de conservación nos lleva hacia el egoísmo,
y nos atenaza cuando queremos jugarnos la vida.
Tenemos seguros por todas partes, para evitar los riesgos.
Y sobre todo está la cobardía…
Señor Jesucristo, nos da miedo gastar la vida.
Pero la vida Tú nos la has dado para gastarla;
no se la puede economizar en estéril egoísmo.
Gastar la vida es trabajar por los demás, aunque no paguen;
hacer un favor al que no va a devolver;
gastar la vida es lanzarse aún al fracaso, si hace falta, sin falsas prudencias;
es quemar las naves en bien del prójimo.
Somos antorchas que solo tenemos sentido cuando nos quemamos;
solamente entonces seremos luz.
Líbranos de la prudencia cobarde,
la que nos hace evitar el sacrificio, y buscar la seguridad.
Gastar la vida no se hace con gestos ampulosos, y falsa teatralidad.
La vida se da sencillamente, sin publicidad,
como el agua de la vertiente, como la madre da el pecho al niño,
como el sudor humilde del sembrador.
Entrénanos, Señor, a lanzarnos a lo imposible,
porque detrás de lo imposible está tu gracia y tu presencia;
no podemos caer en el vacío.
El futuro es un enigma, nuestro camino se interna en la niebla;
pero queremos seguir dándonos, porque Tú estás esperando en la noche,
con mil ojos llenos de lágrimas.
Luis Espinal, SJ
                                                                           

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