MENSAJE PARA EL DOMUND 2013 DESDE
MOZAMBIQUE
Queridos amigos: “ Anunciarán mi
gloria a las naciones” (Isaias)
Con
esta palabras del profeta Isaias con las que me identifico de por vida, quiero
empezar mi mensaje en plena Campaña del DOMUND. Me han acompañado desde muy
joven y han sido –y lo son todavía- lo que me marcan interiormente. La misión
“ad gentes”, por toda la vida, entre los más marginalizados de la vida, y en
contextos culturales diferentes a los de mi origen.
Mi
vocación misionera? Como llegué un día a decidirme dejarlo todo para “anunciar
el evangelio por toda la tierra?
Hace
ya muchísimos años. Era muy joven, los años cincuenta. En la Escuela los
maestros tenían unas huchas que llamaban la atención de los alumnos. Tenían la
forma de un africano, un americano, un indio, un japonés… allí poníamos
nuestras insignificantes monedas, ahorros de pequeños sacrificios por las
“misiones”. Algo anecdótico podemos pensar ahora. Os lo cuento como símbolo de
todo el ambiente misionero que se respiraba en las parroquias de España por
aquellos tiempos. El mes misionero –octubre- había hasta cabalgatas misioneras
que pasaban por todo el pueblo. Nos vestíamos de misioneros, de Francisco Javier, por ejemplo.
Se hacía concursos, rifas. Y en la parroquia se rezaba por las misiones y por
las vocaciones misioneras.
En
esos años, la diócesis de Cartagena (Murcia) tenía más de 50 misioneros diocesanos
en Ecuador, Honduras, Bolivia, Zimbabwe y Japón y en otros países ya como
miembros del IEME.
Ese
ambiente misionero generalizado lo encontré cuando entre en el Seminario menor
de Murcia, en 1957. Entre otras actividades, existía el Grupo Misionero del que
formé parte desde los primeros años de seminarista. Así, sin quererlo, pues fue
“algo” especial que fue entrando en mi vida, entre en contacto epistolar con un
misionero de la Consolata hasta que se concretó mi entrada en el Instituto
Misionero de la Consolata. En 1971 llegué a Mozambique, en plena guerra
colonial. Pasé la revolución marxista-leninista. He hecho un poco de todo. Y
aquí continuo haciendo lo que puedo y dando una mano en esta gran tarea del
anuncio del Evangelio. Ahora, desde hace tres años también como obispo.
La
importancia de la misión se encuentra en lo más profundo de nuestro ser
cristianos. La Iglesia nace misionera, y el bautizado nace hijo de la Iglesia
como misionero. Todos somos misioneros desde lo más íntimo de nuestro ser.
Ningún discípulo lo es si no es misionero en su ambiente, en su trabajo y
cualquier lugar, y, si llega el caso –si siente la vocación específicas también
“saliendo y dejándolo todo para anunciar el Evangelio a todas las naciones.
No
hay duda que la oración es lo nos mantiene en medio de tantas dificultades
materiales y espirituales. La oración es el alma de toda acción apostólica. Por
eso en la cooperación misionera ocupa el primer lugar la oración. No olvidemos
que la Patrona de las Misiones es la joven Teresa de Lisieux fue misionera sin
salir de su convento. El Papa nos la dio como patrona para que no olvidemos que
por encima de las actividades, por encima de la acción está la oración.
Lo
demás también es necesario. Quien va a negar la importancia de la cooperación
económica. Desde la primeras comunidades cristianas, siempre ha existido la
generosidad ante las necesidades del otro. En nuestro caso son inmensas. En
Mozambique estamos en uno de los países más pobres del mundo. La mayoría de
nuestro pueblo vive en estado de pobreza absoluta, con una taxa de un Euro por dia.
Por
eso los proyectos de desarrollo tienen una importancia radical. Las
enfermedades ( la malaria, cólera, anemias, broncopulmonares, HVI-SIDA); la
educación (la red escolar, la cualidad de la enseñanza, la formación de
maestros…), las condiciones de vida (las habitaciones, el agua potable, la
energía eléctrica…)las comunicaciones terrestres. Son tantos los desafíos que
están a nuestra frente todos los días que nos desanimaríamos se no tuviésemos
un poco de esperanza y la colaboración de tantas personas que de cerca y de
lejos saben y comparten de hecho. La aportación económica, por pequeña que sea,
es imprescindible para los que no tienen nada. Seamos generosos en el compartir
Por
eso mi mensaje con motivo del DOMUND 2013 va dirigido a todos los que os sentís
discípulos de aquel Jesús, que pasó por el mundo haciendo el bien, curando y
anunciando que el Reino de la fraternidad está cerca y que todos debemos
construirlo.
Todos
somos llamados a echar una mano, los que estamos por aquí, los de la línea de
frente y los que estáis en la retaguarda. El mundo es de todos y todos debemos
ser evangelizadores.
Vuestro
+
Francisco Lerma Martínez
0 comentarios :
Publicar un comentario