“Ha sido una experiencia muy auténtica, totalmente diferente”. Con esas palabras definía Marina, una de las jóvenes misioneras que ha viajado a Camerún la experiencia organizada por la Delegación de Misiones y la de Juventud.
Una experiencia que ha marcado sus vidas. “Te creas expectativas, te creas una idea, pero cuando llegas allí es otro mundo”, añadía. “La gente te acoge como si te conociese de toda la vida. Allí todo es felicidad constante. Solamente los abrazos de la gente y las miradas te llenaban”.
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