EL
RETORNO VOLUNTARIO DEJA VARADAS A MUJERES Y NIÑOS EN JIMANI
Jimaní, prov. Independencia, 2 de julio de 2015.- Ayer
pudimos asistir a un nuevo episodio de la descoordinación de las autoridades
dominicanas en el proceso de retorno voluntario. 21 migrantes, entre ellos 8
niñas y 4 niños pequeños, estuvieron hasta las 12.23 de la media noche en la
puerta fronteriza de Jimaní (provincia Independencia) para poder retornar a
Haití.
En un viaje
que comenzó a las 7 am, hora en la que les citaron las autoridades migratorias
de Santo Domingo, el grupo de personas estuvo desde ese momento esperando en uno de los puntos habilitados de la
capital para regresar a su país de origen. Por fin, a la 1.30 pm emprendieron el camino de
regreso acompañados por dos oficiales de Migración y cuatro militares del
ejército dominicano que custodiaban sus ajuares. En ningún momento del trayecto
les permitieron hacer una parada para comer o para poder hacer ningún tipo de
necesidad básica, convirtiendo el retorno voluntario en una custodia sin
libertad de movimientos. Las personas llegaron a las 6.30 pm a la frontera de
Malpaso donde descubrieron que el programa de retorno voluntario solo les
deposita a ellos y sus pertenencias en la línea que divide ambos países, sin
que haya ningún tipo de coordinación con el gobierno de Haití para que colabore
o ayude en este proceso, como les habían comunicado las autoridades de la
Dirección General de Migración cuando
decidieron acogerse al programa de regreso.
El grupo de
retornados se encontraron en Jimaní, una zona de la frontera que no conocen, y
varados a cientos de kilómetros de Hinche, lugar a donde muchos de ellos
pretendían regresar. Los menores de edad, con hambre y sed, estuvieron en
brazos de sus madres hasta que en mitad de la noche consiguieron poder cruzar a
Haití para dormir en una escuela en Fond Parisien.
Desde el
inicio del proceso de regreso voluntario solamente 1,100 personas se han
acogido al mismo. En muchos casos estos retornos se hacen de manera improvisada
y sin ningún tipo de coordinación interinstitucional entre administraciones. Con
incidentes como el de anoche resulta evidente que la coordinación entre los dos
gobiernos en materia migratoria debe ser una obligación de ambas partes para
garantizar unas condiciones dignas y humanitarias a los migrantes, evitando la
vulnerabilidad de los niños, niñas, mujeres y personas envejecientes.
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