En el último capítulo de su Exhortación apostólica Evangelii
gaudium, el Papa Francisco nos invita a invocar al Espíritu Santo “bien
apoyados en la oración, sin la cuál toda acción corre el riesgo de quedarse
vacía y el anuncio finalmente carece de alma.” (259) Y más adelante sigue
diciéndonos: “Sin momentos detenidos de
adoración, de encuentro orante con la Palabra, de diálogo sincero con el Señor,
la tareas fácilmente se vacían de sentido, nos debilitamos por el cansancio y
las dificultades, y el fervor se apaga. La Iglesia necesita imperiosamente el
pulmón de la oración,...” (262).
Esta
invitación del Papa a todos los creyentes termina de animarnos en la Delegación
de Misiones a proponer una iniciativa, que es a la vez nueva y antigua: nueva
porque no la hemos realizado tal y como se propone en nuestra diócesis nunca, y
antigua, porque siempre, y me consta como delegado de misiones, los misioneros
murcianos han contado con la oración constante de las comunidades
contemplativas de nuestra diócesis.
La
idea tampoco es nueva, en otros lugares se hace, como por ejemplo en la
diócesis de Jaén, y su principal valedor es el P. Mario Mula Spanu, actual
vicario general de los javerianos y anteriormente delegado en España y miembro
del SCAM, él, antes de marchar de Murcia a Roma, nos insistió en que llevaramos
esta iniciativa a cabo.
¿En
que consiste? En orar una vez al menos junto a una comunidad contemplativa por
las Misiones y por los misioneros, especialmente por los de nuestra diócesis.
Esto
queremos iniciarlo en la comunidad de las Monjas Justinianas de Murcia, una
comunidad contemplativa, pero también misionera, pues recientemente se lanzaron
a la aventura de una fundación en Arequipa (Perú).
Os
invitamos a orar con ellas, el viernes 28 de febrero, a partir de las 20:00
horas y hasta las 21:00 horas.
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